29 de septiembre de 2019

Scene 40: 3.- Color

Eran ya las nueve de la noche y Becca seguía de pie, frente al lienzo en blanco, con el té que se había preparado hacía unas horas, ya frío. Estaba con la mirada perdida, dando vueltas a la cucharilla creando un leve tintineo que se veía ahogado por el líquido que había en la taza. No era la primera vez que se enfrentaba al síndrome de la hoja en blanco, pero cada vez le ocurría más a menudo.
De repente pareció despertar de una especie de trance, respiró hondo y pegó un largo sorbo de su té. En ese momento se dio cuenta del rato que había pasado allí de pie, ensimismada. Se percató de que apenas entraba luz por la ventana y que estaba casi en penumbras. Volvió a mirar el lienzo con tristeza y decepción mientras se dirigía hacia el interruptor de la luz. Solo un concepto le rondaba la mente: "Fracaso". Por un lado temía entrar en una espiral de auto-compasión y auto-destrucción que le impidieran volver a centrarse y pintar, pero por otro lado deseaba con todas sus fuerzas encontrar, en su estado de ánimo, la inspiración para crear algo nuevo.
Cerró los ojos e intentó agudizar los sentidos. Muchas veces había conseguido salir de su bloqueo gracias a los sonidos o ruidos que escuchaba desde su habitación. Nada. Ningún sonido inspirador, ninguna forma que le viniera a la mente. Decidió salir a dar un paseo.
Por la avenida vio coches pasar, parejas paseando, grupos cenando en las terrazas de los bares, adolescentes sentados en el parque riendo y hablando a voces... Pero no encontraba su inspiración. Mientras volvía quiso rodear un poco y pasó por una calle que no conocía mucho. Allí vió una chica delante de un portal. Parecía que estaba esperando a alguien, se la veía inquieta, mirando hacia el final de la calle, buscando. Llevaba un abrigo largo, negro, de imitación de piel, con la parte del cuello, los puños y la parte baja de pelo largo. Eso hizo que Becca se fijara en ella, además de sus llamativos pendientes dorados y brillantes. Era realmente bonita e iba perfectamente maquillada. El color de sus labios era de un rojo intenso, al igual que el color de su vestido, que se podía intuir cuando caminaba hacia el borde de la acera y el abrigo se le abría un poco. Llevaba un recogido que Becca pensó que no le favorecía tanto como el resto del conjunto y se la imaginó con el pelo suelto.
Pasados unos minutos, la chica se percató de que Becca la observaba desde el otro lado de la calle. Becca enseguida notó que eso la había molestado y continuó andando para volver a casa. Al momento, un coche elegante, con las ventanillas tintadas paró delante del portal y Becca vio por el rabillo del ojo cómo la chica se subía con una gran sonrisa.
Cuando Becca volvió a su habitación y se encontró delante del lienzo solo tenía en mente esa combinación de colores: negro, rojo, dorado y esa blanca sonrisa.


***
Hace más de 9 años que empecé con el Scene (era solo Scene20 en aquella época) y solo había hecho 8 relatos. Cuatro de ellos forman parte de las historias principales que tengo (aunque hay alguno que es tan antiguo que debería retocarlo o rehacerlo). Es decir, no son relatos para el Scene, sino que son capítulos de las historias que cumplen con el Scene. Y el resto o son de personajes que ya no tengo o que han cambiado tanto las historias que ya no se ajustan a lo que escribí, o son de personajes que nunca llegaron a ser resina...

La cuestión es que estaba mirando qué publicar y me ha dado hasta vergüenza tener esto tan olvidado. He querido continuar, porque era algo que en su día me pareció divertido, pero que por falta de tiempo, ganas y demás, no pude continuar.
Se que soy una patata escribiendo, pero en fin, lo hago solo por diversión.

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