Sueños difíciles de cumplir

Introducción
Este es un Fotorelato de la historia de mis bjds Kannen y Yoko, para más información podéis visitar esta entrada.

Sueños difíciles de cumplir
Hacía tiempo que Yoko no se sentía así. Era una sensación que casi había olvidado, como si un gran edredón la envolviera y la protegiera del frío invierno, como si los rayos del sol calentaran su piel tras una tormenta de nieve. Sentía su corazón latir como si hubiese estado meses congelado y ésta era una sensación cálida y reconfortante. Alzó la mirada y comprendió qué era lo que causaba ese cambio en su cuerpo: Kannen estaba a su lado. Ya no importaban las razones del abandono, no importaba el tiempo que habían pasado separados, solo importaba que volvían a estar juntos y que ahora, seguro que no se iban a separar. Kannen la miró a los ojos y con una triste sonrisa se acercó para darle un beso. Yoko se sentía tan feliz que las lágrimas le recorrían las mejillas.



Con la sensación de que su vida volvía a tener sentido, abrazó a su chico y notó como éste le devolvía el abrazo. También le escuchó decir todo aquello que ella esperaba que él dijera:
"Nunca debí quedarme en Londres... Debí haberme ido contigo... Te he echado tanto de menos... Me equivoqué... Lo siento."



Mientras Yoko escuchaba, algo empezaba a no tener sentido. Kannen tenía sus objetivos, tenía sus sueños... ¿por qué ahora de repente estaba renunciando a todo aquello para volver con ella? ¿Acaso había ocurrido algo? ¿Es que no había logrado cumplir su sueño de triunfar en la música y ella era su opción B? Mientras pensaba todo esto se sentía terriblemente egoísta. Quería a Kannen, ella quería que él fuera feliz, pero también quería estar con él.
De repente notó que se separaban...



... y por mucho que intentara agarrarle, no podía mantenerle a su lado.



- No te preocupes, Yoko. Pronto nos veremos.
- No te vuelvas a ir, Kannen, no quiero volver a perderte, por favor!!



- ... ugh... por fa... vor...
Yoko despertó de su sueño algo desorientada. No era la primera vez que soñaba con Kannen, pero si era la primera vez que tenía un sueño tan intenso, con tantas emociones y sobre todo, tan real.



Una vez secadas las lágrimas, Yoko repasó lo que recordaba del sueño. Ya hacía casi un año que Kannen y ella habían cortado y cada vez que pensaba en lo ocurrido se le ocurrían mil y un resultados diferentes cambiando las respuestas de las discusiones que tuvieron. No paraba que pensar que quizá si ella hubiese sido un poco más comprensiva, ahora estarían juntos. Pero aquella tampoco era la solución, ella necesitaba huír, necesitaba un cambio de aires, tenía que salir de allí y quería conocer otra ciudad y otra cultura.



- Las tres y media...
Aquella sensación del sueño... Hacía solo un momento que la había experimentado y ya apenas podía recordarla. De repente Yoko recordó la llamada de Kannen.



¿Irían en serio todas aquellas cosas? ¿Era eso lo que ella quería oír realmente? Yoko se dio cuenta de que lo que Kannen le decía en el sueño era lo que le había dicho en aquella llamada, que se había equivocado, que la quería, la necesitaba, que quería volver... Su corazón comenzó a latir con fuerza.
- Si eso es lo que yo quiero, ¿por qué no le llamo y se lo digo? En mi sueño todo era tan sencillo, tan fácil... ¿qué importa el pasado, qué importa todo? Si queremos estar juntos, podemos estarlo.



Comenzó a buscar rápidamente su número en la agenda para llamarle enseguida y hablar con él. Ni se había planteado cómo se iban a organizar, si ella dejaría su vida en Barcelona o si debía ser él quien se viniera, tampoco le importaba.
Encontró el número y antes de darle al botón de llamada se detuvo a reflexionar durante media milésima de segundo.
- ¿Y por qué me desperté llorando?
Se preguntó.
- Al final del sueño nos separábamos, ¿por qué?
Entonces lo recordó. Por mucho que se amen, para Kannen seguirá siendo más importante su música que ella y, por mucho que le pesara, para ella era mucho más importante su propia vida que la carrera musical de Kannen.



- Al final resulta que nada es sencillo, todo es complicado, tremendamente difícil.
Yoko notaba como una vez más, el corazón se le partía en mil pedazos y los ojos se le llenaban de lágrimas. Cerró la tapa del móvil, lo dejó a un lado y se tapó para intentar dormir lo que le quedaba antes de ir a trabajar.